En un laboratorio, la limpieza, la seguridad y la durabilidad del espacio son tan importantes como el equipamiento que allí se utiliza. Entre los elementos constructivos más determinantes está el suelo, ya que es la superficie que más desgaste sufre y, al mismo tiempo, un punto crítico en la prevención de contaminaciones. En este contexto, los pavimentos de resina se han convertido en la solución ideal para entornos que requieren esterilidad y resistencia, como laboratorios, salas blancas o áreas de investigación biomédica.
¿Por qué elegir resina en un laboratorio?
Los suelos tradicionales (baldosas, vinilos o cementos pulidos) presentan juntas, porosidades o uniones que pueden convertirse en focos de acumulación de polvo, bacterias o sustancias químicas. En cambio, los pavimentos de resina se aplican de manera continua, creando una superficie sin juntas, lisa y completamente sellada.
Esto aporta ventajas clave:
- Higiene máxima: al no haber juntas, se eliminan espacios donde puedan proliferar bacterias o restos de productos químicos.
- Fácil limpieza: resisten desinfectantes, detergentes agresivos y lavados frecuentes sin deteriorarse.
- Impermeabilidad: no absorben líquidos, evitando manchas y contaminación cruzada.
- Resistencia química: soportan la acción de ácidos, disolventes y otros reactivos utilizados en el laboratorio.
- Durabilidad y seguridad: se mantienen estables incluso ante un uso intensivo y pueden incorporar acabados antideslizantes.
Tipos de resina recomendados para laboratorios
No todas las resinas son iguales. Dependiendo del tipo de laboratorio y de sus requerimientos normativos, se recomiendan:
- Resina epoxi: la más común en interiores, muy resistente a productos químicos y con gran capacidad de sellado.
- Poliuretano: aporta mayor flexibilidad y resistencia térmica, útil en zonas con cambios de temperatura frecuentes.
- Metacrilato (MMA): se instala y endurece rápidamente, ideal para renovaciones rápidas sin interrumpir la actividad del laboratorio.
Cumplimiento normativo
Los laboratorios deben cumplir normativas estrictas en materia de higiene y seguridad (ISO 14644 para salas limpias, normativas GMP en el sector farmacéutico, entre otras). Los pavimentos de resina están diseñados para responder a estos estándares, garantizando superficies continuas, fáciles de desinfectar y resistentes a la contaminación.
Los pavimentos de resina en laboratorios no son solo una elección estética o de durabilidad: son una necesidad funcional y sanitaria. Gracias a su superficie continua, impermeable y resistente, ofrecen el entorno estéril y seguro que este tipo de instalaciones requiere.
Invertir en un suelo de resina es apostar por la seguridad, la higiene y la eficiencia en espacios donde cada detalle puede marcar la diferencia.
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